El artista suizo Alberto Giacometti es mejor conocido por sus esculturas alargadas de la figura humana. Sus figuras masculinas suelen aparecer en movimiento, mientras que las femeninas se mantienen erguidas e inmóviles. Muchos críticos han interpretado estas obras como representaciones físicas de la crisis existencial de la posguerra. Giacometti buscaba capturar una interpretación de cómo percibimos las cosas en lugar de cómo son realmente. Sobre esto, afirmó: "No puedo ver simultáneamente los ojos, las manos y los pies de una persona que está a dos o tres metros delante de mí, pero la única parte que miro implica una sensación de la existencia de todo". Sus figuras parecen comprimidas por el espacio que las rodea, como se observa en la escultura L'Homme au doigt [Hombre señalando] (1947), parte de la colección de Glenstone, una forma de bronce característicamente etérea con los brazos extendidos.
-Emily Benoff, en Glenstone Field Guide