Chris Ofili alcanzó la fama en la década de 1990 como parte de los Young British Artists, un grupo conocido por su experimentación con materiales no convencionales y métodos de exposición innovadores. Sus obras combinan una amplia variedad de medios no tradicionales, como resina, cuentas, purpurina, estiércol de elefante y recortes de revistas. Situado en un espacio intermedio entre la figuración y la abstracción, el arte de Ofili aborda temas de religión, representación e identidad negra, con influencias de la mitología y de su vida en Trinidad, donde reside desde 2005.
-Ariana Kaye, en Glenstone Field Guide