Gerhard Richter, artista alemán, explora la relación entre la pintura y la fotografía, dos disciplinas aparentemente distintas pero interconectadas en su obra. Su práctica abarca desde la fotografía en blanco y negro y las pinturas basadas en imágenes fotográficas hasta formas abstractas y coloridas, alternando con fluidez entre ambos medios. A partir de imágenes tomadas de periódicos o álbumes familiares, emplea la pintura para evidenciar cómo las fotografías pueden capturar solo verdades parciales. En estas obras, su técnica de difuminar los sujetos transforma momentos de la historia personal y social en escenas ambiguas, lo que genera incertidumbre sobre lo que realmente transmiten. A través de su diversidad de técnicas y temas, Richter cuestiona la naturaleza de la representación y la percepción y desafía la forma en que las imágenes construyen la realidad.

-En Glenstone Field Guide.