La artista estadounidense Hollis Sigler vivió y trabajó en Chicago, donde creó pinturas y dibujos crípticos con un estilo colorido e intencionalmente ingenuo. Esta elección representó un rechazo feminista al machismo y a la tradición patriarcal del dominio del realismo pictórico enseñado en las escuelas de arte. Sus pinturas y obras sobre papel poseen un carácter surrealista, teatral y profundamente alegórico. En 1985, recibió un diagnóstico de cáncer de mama y, al aceptar que probablemente enfrentaría la enfermedad de por vida, reorientó su práctica artística para abordar esta experiencia. Desde la década de 1990 hasta su fallecimiento en 2001, su obra plasmó el recorrido emocional y psicológico a lo largo de esta etapa de su vida.
-Kevin McDonald, en Glenstone Field Guide