Ken Price formó parte de un grupo de artistas que, en la década de 1960, llevó la cerámica a la vanguardia. Mientras trabajaba en Los Ángeles, se apartó de los esmaltes tradicionales y se hizo conocido por aplicar múltiples capas de pintura vibrante sobre sus cerámicas cocidas. Creía en lijar y manipular cada superficie de sus esculturas para lograr acabados elegantes, una técnica que lo vinculó al movimiento
-Austin Anderson, en Glenstone Field Guide